Mikelen Txokoa : Conspiración

Nueva entrega dentro del Mikelen Txokoa.

Como sabéis el desfile del día de la Hispanidad tuvo lugar antes de ayer. Apropiado pues es recordar este relato que un día Mikel escribió de tintes antibélicos.

Las cosas no han cambiado tanto. Lean y rían pero la cosa tiene su miga..

Conspiración (por Mikel Urdangarin)

Lunes, 12 de octubre. Madrid luce soleada y se prepara para la gran fiesta. También nosotros lucimos soleados. Léase por nosotros a Txomin Reyertas y servidor. Llevamos desde la mañana temprano haciendo turismo en la engalanada ciudad y de tanto bregar calle arriba, calle abajo, cañita aquí, cañita allá, nuestras caras son el fiel reflejo de la alegría; diría que se funden armoniosamente con los rostros de exaltación de la muchedumbre.

No levantamos sospechas y eso está bien. Al fin y al cabo, aunque sin dar la espalda al asueto, hemos venido hasta aquí para acometer una difícil y arriesgada misión.

Los dos estamos camuflados entre el gentío. Sitos casi enfrente del palco de autoridades, observamos el triunfal desfile de las diferentes tropas del ejército. Nadie mira al suelo. Todos sacan pecho y saludan, ciegos, al sol. No se atisban complejos ni carencias de autoestima en el paso de los militares. Pisan firme, sin ambigüedades.

En el palco resaltan las figuras del consejero de Interior y la presidenta del Parlamento. Ambas brillan con fuerza, como si el sol las iluminara expresamente. A pocos metros sestea Rajoy. Entre tanto, el desfile prosigue por tierra y aire. De repente, casi sin darnos cuenta, irrumpe la Legión con la cabra y el soldado corneta en primera línea. Rajoy bosteza de nuevo. Es la señal.

Ha llegado la hora de actuar. Mientras yo finjo un ataque epiléptico, atrayendo así a los policías que hacen de barrera, Txomin salta y corre a arrebatarles el insigne animal con tan mala suerte que, fruto de la tensión del momento, se da de bruces con el cañón de una tanqueta al tiempo que arrolla a un policía motorizado. Fin de la misión. Hace ya dos días de esto y todavía no tengo noticias de Txomin. Espero que esté bien. Lo necesito de una pieza para planear la próxima acción antibélica de la cual, obviamente, no les puedo avanzar detalle.