Os dejamos que lo leais tranquilos y antes de que este mes publiquemos un nuevo texto que será acorde con su cumpleaños. ¿Adivináis cual?
En fin, lean y disfruten.
Vivir (por Mikel Urdangarin)
Todavía la recuerdo apoyada en la barra del bar y pidiendo un zurito, a veces sola y a veces acompañada. Murió hace tan solo unos días y quizá, por eso, su imagen me aborda constantemente. Blanca, Blanqui para sus más cercanos, era una vecina del casco viejo, mi barrio. No éramos amigos pero sí conocidos. Dos personas que, un día tras otro, se saludan con respeto. En ese saludo cotidiano y reiterativo germina, si no la amistad, la afectividad. Desde este último lugar escribo.
Blanca se ha ido a la temprana edad de cuarenta y nueve años, muy joven todavía. Se adivina, con tan temprana desaparición, cierta injusticia en su vida. Su fallecimiento, al igual que me ha ocurrido en ocasiones anteriores, ha despertado en mí pensamientos durmientes, sentimientos latentes que sólo parecen alumbrar con la siempre inoportuna aparición de la muerte. No somos nada, me digo una vez más. Disfruta del momento, cambia tu vida, Mikel, que esto se acaba el día menos pensado. Me viene, también, la idea de la fatalidad. Un golpe fatal te alcanza súbitamente, te corta el vuelo y caes para siempre. En cuestión de segundos se para el reloj y uno deja de respirar, de caminar, de estar.
En estas situaciones pienso en la que se ha ido como en alguien que se perderá el resto de su vida cuando resulta que esta es una reflexión propia del que permanece vivo; a ella este asunto no le importa. Para ella sencillamente se acabó.Y es que lo que espera detrás de la muerte, el gran misterio, lo contamos los vivos. Ella, la más fuerte, paradójicamente, nos resucita, si resucitar es agudizar sentimientos; la pérdida de un ser querido, el dolor en forma de terrible vacío, más que el placer, me temo, nos hace extremadamente conscientes, nos hace sentir vivos y quizá sea este, el único regalo que la portadora de la guadaña olvida en su camino.
No somos nada, cierto. Tan cierto como que lo somos todo. Larga e intensa vida, amigas y amigos.
Me encanta !!!
ResponderEliminar...no somos nada, tan cierto como k lo somos todo...larga e intensa vida a tí también, Mikel !!! muxu bat.
Bravo! Es interesante cómo el "modismo pascaliano" (eso de “No somos nada,” y como sucedió tambien en el texto anterior) - puf! - se deshace, o mejor dicho se vuelve su opuesto. Y esto en prosa y sin música! Vaya. Bravo Mikel! Biba zeu!
ResponderEliminarPresazko bizitza honetan hobe daukagu bat-batekoa egin ahal izatea. Perdonad, a ver. Mejor tenemos que sea “improvisado, -a”; “espontaneo, -a”, en la vida de prisas que llevamos hoy—eso del poder simplemente trasformarnos en el acto, para ahorrar tiempo, ¿no? ;~)
Gràcies, Jordi, por traer estos. Noticia buena tambien lo de la nueva edición dvd del Bar Puerto!