Ya son muchos años escuchando a Mikel. El que aquí escribe se topó un día con el poema de Kirmen Uribe Maiatza al que Mikel le escribió la música y cantó de forma tan emotiva. Desde entonces me atrapó. Cuesta seguirlo fuera de Euskal Herria, como es mi caso, y su web es muy formal, como debe serlo. Justo el día que Mikel cumplía los 35, nació mi hijo. Un nexo tonto , si queréis, pero otra excusa más para escuchar otra canción. Otra excusa más, aunque para escuchar a Mikel basta con ser sensible.
Este blog pretende seguir la actualidad, las impresiones que genera, las próximas citas y , en definitiva, la difusión y el punto de encuentro de seguidores de este sensacional cantautor.
Por algo empezamos, y lo hacemos con una bonita entrevista que le hicieron en Deia. Porque de Mikel podemos decir que tan interesante son sus canciones como sus palabras fuera de escena.
Desde aquí reiteramos que las puertas al blog están abiertas para todo el que se acerque y quiera compartir aquel directo, aquella anécdota o aquellos proyectos en los que Mikel es el protagonista.
Fecha de nacimiento: Zornotza
(Bizkaia), 30 de noviembre de 1971.
Trayectoria: Mikel Urdangarin estudió Magisterio y empezó en el mundo de la música como bertsolari. Un día decidió dejarlo todo y dedicarse a lo que más le gustaba: componer y cantar. En 1997 presentó su primer
disco, Haitzetan, y desde entonces le han seguido otros nueve. Ahora está en plena promoción de su último trabajo, Zubia. En este disco se ha vuelto a rodear de amigos como Bingen Mendizabal, Rafa Rueda, Kirmen
Uribe, Karmele Jaio... Además, es columnista del periódico Diario Noticias de Álava.
Una canción que nunca se cansa de escuchar: “Take this waltz, de Leonard Cohen”.
Una película: “El paciente inglés”.
Un libro: “Egunsentiaren esku izoztuak,de Xabier Lete”.
Mikel Urdangarin está en plena promoción de su último disco, 'Zubia'. Las presentaciones empezaron el pasado mes de noviembre en el Teatro Arriaga y después en la feria de Durango. ¿La próxima cita? En febrero en Donostia.
Decidió dejarlo todo por la música. Mikel Urdangarin estudió Magisterio y llegó a ejercer durante algo más de dos años. Sin embargo, un día decidió arriesgar y luchar por lo que más le gustaba: componer y cantar. Hoy se ha convertido en un referente de la música vasca. Si le preguntan qué consejo daría a los jóvenes que están empezando, lo tiene claro: “Más que un consejo, lo que de verdad decide las cosas son las ganas y la fe que uno pueda tener en sí mismo y en su proyecto”. Y añade: “Si verdaderamente crees en algo, vas a pelear por ello. Siempre hay una especie de toma de decisión y creo que hay que arriesgar, sólo se vive una vez”.
Con un disco nuevo, ¿le espera un año lleno de trabajo?
Ya tenemos fechas cerradas, pero también hay muchas incógnitas, porque si algún panorama está afectado por la crisis es la cultura. La crisis le ha dado un hachazo y a nosotros nos está afectando muchísimo. Ya nos han avisado de que nos preparemos porque viene un año duro, así que por un lado tengo la ilusión de haber sacado un nuevo disco y los proyectos que ello conlleva, pero por otro lo vivo con cierta incertidumbre.
¿En la música hay que vivir el día a día?
Sí, en este oficio hay que vivir el día a día, tanto en épocas de crisis como en otras aparentemente mejores. Yo nunca he tenido esa tranquilidad, la verdad. Me siento afortunado porque siempre he tenido trabajo, pero nunca he tenido la certeza de que fuera a trabajar.
Repasando su trayectoria empezó como bertsolari, ¿cómo recuerda aquella época?
Con cariño, fue un momento bonito. Durante una época llegué a sentirme bertsolari, algo bastante difícil porque una cosa es andar en ese mundo y cantar, y otra es sentir que el verso crece, nace en ti, y eres capaz de transmitirlo. Fue una época bonita y ahora la veo de otra manera, como quien hojea un álbum viendo fotos.
Hablando de los bertsos, este año ha ganado una mujer, Maialen Lujanbio, por primera vez. ¿Le sorprendió?
Me alegré mucho, porque es una mujer a la que tengo muchísimo respeto y creo que es una gran persona. Que haya ganado ha sido algo inédito y ha hecho historia.
Usted decidió dedicarse a la música hace algo más de diez años y se ha convertido en un referente en la cultura vasca, ¿orgulloso?
No sé si seré un referente, tampoco pienso mucho en eso porque no creo que ayude a que uno esté tranquilo. Hace diez u once años no sabía qué iba a ser de mí, es ahora cuando puedes echar la vista atrás y hacer una valoración. Poco a poco me he ido haciendo un hueco junto a muchos otros compañeros, gente que está apostando por lo que quiere. Pero creo que formo parte de ese mundo cultural en euskera y eso me gusta y me honra. Yo canto en euskera, canto desde aquí, y lo hago para todo aquel que me quiera escuchar.
Cantar en euskera, ¿abre o cierra puertas?
En la España actual, la que yo he conocido como músico, el euskera no te abre ninguna puerta. Pero creo que el idioma no abre ni cierra nada, somos nosotros los que con nuestra actitud ayudamos o no a que alguien cantando en euskera se prodigue o no. En un músico es importante que haya ganas de viajar, de salir, de contar sus historias en sitios diferentes al natural. Yo siempre he tenido ese ánimo de contar. Pero además hace falta que al otro lado haya un público receptivo, alguien que te abra la puerta. En mi caso, cantar en euskera no creo que me haya ayudado. ¿Perjudicado? Tampoco voy a decir eso. Lo que sí que he tenido es la oportunidad de cantar fuera menos de lo que yo hubiera querido, pero todavía queda mucho por recorrer.
¿Alguna vez se ha planteado cantar en castellano?
De vez en cuando, de una manera informal, lo he hecho en alguna grabación que tengo en casa, en alguna colaboración... El castellano también forma parte de mí. Enmi caso el euskera es el idioma materno y el castellano el paterno, así que en mi casa siempre ha habido una convivencia de los dos idiomas. Pero a la hora de componer siempre lo he hecho en euskera porque el idioma materno, de alguna manera, pesa. Además, creo que estamos en un punto en el que es importante que haya producción en euskera, sea del estilo que sea.
¿Es difícil hoy en día vivir de la música para un cantautor vasco?
Vivir de la música es difícil aquí y en cualquier sitio. Salvo raras excepciones es difícil hacer de la música tu forma de vida, pero creo que tenemos la suerte de vivir donde vivimos y de contar con la gente que contamos.
¿Qué es la música para usted?
A menudo me preguntan si me considero músico y suelo responder que no, que me considero persona, una persona que ha tenido la suerte y la decisión de hacerde una pasión su modo de vida. Hay estudiosos, gente que sabe muchísimo sobre música... Yo se escribir mis canciones y cantarlas, eso sí, pero músico... no lo tengo muy claro.
Cuando escucha a alguien tararear una canción suya, ¿qué siente?
Una alegría enorme. En un concierto, por ejemplo, si ves que la gente sigue tus canciones y las canta, es una de las cosas más grandes que te puede ocurrir. Yo siempre hago una canción con el ánimo de llegar con ella a una persona, y si no lo hace, si no alcanza otro lugar, queda huérfana.
Antes de dedicarse a la música estudió Magisterio, ¿llegó a ejercer?
Sí, ejercí dos años y medio en diferentes sitios. Era profesor de inglés de niños de cuatro y cinco años. En esa edad los niños todavía no han salido de ese mundo de fantasía y fue una experiencia muy bonita que me hizo dudar a la hora de escoger la música.
¿Qué fue lo que le hizo cambiar de opinión?
Coincidió cuando escribí los primeros discos y era un momento de mucha ilusión, con una efervescencia enorme.Más tarde hubiera sido difícil tomar la decisión, pero llevado por un impulso interior, aún gustándome mucho la enseñanza, pensé que no era el momento de enseñar, sino de cantar.
¿Algún día volverá al colegio?
En la vida no hay que descartar nada. Soy maestro también, así que si algún día nos quedamos sin conciertos algo habrá que hacer. Además es algo que haría con gusto, no sería un castigo. Pero confío, con un poco de suerte y por el bien de los niños (entre risas), en no tener que volver a dar clase.
Ahora suele trabajar con muchos amigos: Kirmen Uribe, Bingen Mendizabal... ¿es difícil separar amistad y trabajo?
Tengo que confesar que el 100% de los trabajos que hemos llevado a cabo se han gestado en los bares, con una cerveza en la mano, en los paseos de bar a bar... En este caso yo nunca he sentido la necesidad de tener que separar amistad y trabajo porque están entrelazados armoniosamente. Pero también tengo que decir que somos un grupo de gente que a la hora de trabajar nos lo tomamos en serio, creo que sabemos disfrutar tanto del ocio como del trabajo, que es otra forma de ocio.
Y en sus otros ratos de ocio, cuando no se dedica a la música, ¿qué le gusta hacer?
Tomar una cerveza con los amigos creo que ese es mi mayor hobby, más que hacer deporte o leer.Me gusta pasear, ver a la gente caminar... me gusta contemplar.
Usted nació en Zornotza, pero lleva 13 años viviendo en Vitoria-Gasteiz, ¿por qué eligió esta ciudad?
Me salió trabajo de profesor y me fui a Vitoria a vivir. Después de dos años me afinqué allí porque conocí amigos, músicos... gente con la que después, sin yo saberlo, iba a trabajar. El lugar también es importante, y esta es una ciudad en la que me siento a gusto, pero si sigo en Gasteiz, ya que ahora no me ata ningún trabajo, creo que es por las amistades.
Además vive en el Casco Viejo, ¿por alguna razón especial?
El Casco Viejo es lo más genuino de esta ciudad, por lo viejo, por la vida que tiene, porque es muy bonito... pero sin desdeñar a los demás barrios en absoluto. Imagino que si preguntas a otras personas, cada una se queda con el barrio en el que vive.
