Podríamos empezar hablando de este gran 2016 en la carrera
musical de Mikel. La extraordinaria gira MMXV nos ha demostrado, de forma
especialmente acentuada, que las canciones de Mikel, tal cual, sin mayores
adornos, son de una calidad sublime. Que detrás de grandes autores (Kirmen Uribe,
Karmele Jaio..) hay un autor que pinta con acordes bellos uno textos únicos.
Podríamos hablar de la voz, madura y asentada, que nos narra
acariciando los oídos, historias únicas cargadas de cariño y amor hacia la
amistad, el pasado y presente de una tierra y un pueblo. Canciones de amor, románticas
e intensas. Una guitarra, extensión del talento de un autor inquieto.
Un músico que dejó hace mucho tiempo de ser un diamante en
bruto para ser una joya y un baluarte de la canción euskaldun. Un cantante que
seduce y enamora con sus obras, algunas de ellas, majestuosas, otras sencillamente estremecedoras.
Mikel prepara nuevas canciones. Mientras, se entretiene
dedicando un recital, casualmente oportuno, dedicado a uno de sus autores
favoritos : Leonard Cohen.
Reticiente, como todo músico, a dar nombres sobre la música
que escucha sabida es su devoción por Benito Lertxundi o sus intermitentes
aparaciones en conciertos (se le ha visto en alguno de Springsteen..)
Pero más allá de terreno musical, Mikel Urdangarin Abasolo
es una de las mejores personas que jamás he conocido.Por mil motivos. Así que quien escribe no sólo profesa una devoción musical por el autor, sino un cariño muy especial a la persona. Nunca niega el saludo a
nadie, cero aires de grandeza pese haber tenido momentos en su carrera de un
más que notable éxito y popularidad. Doy fe que lo reconocen por la calle sin
que él siquiera se de cuenta (tengo un millón de anécdotas que ponen en evidencia que es el rey del simpático despiste) , pero si alguien se le acerca encontrará una cosa por
encima de todas muy característica de él e inédita en bastantes personajes públicos:
generosidad. Es raro mantener una conversación con él sin que sea interrumpida
por algún cariñoso saludo de algún amigo o conocido. Acercarse a Mikel es
garantía de que uno se sienta mucho mejor después de departir con él. Su
contagiosa sonrisa, simpatía ,pero sobre todo un hermoso mundo interior del que
quien escribe ha podido ser testigo privilegiado, son garantía de quien busque un amigo en Mikel encontrará el mejor. La suerte para muchos de nosotros es que hay mucho Mikel por descubrir. Musicalmente pero sobre todo humanamente. Un honor y un enorme placer haber coincidido en el tiempo con tal personaje pero sobre todo una persona que ilumina de forma muy bella nuestra realidad con su trabajo, humanidad, simpatía y cariño. Queda Mikel para rato, disfrutémoslo bien.
Feliz 45 cumpleaños, caballero.