miércoles, 29 de junio de 2011

Mikelen Txokoa : Mal de amores



Volvemos al Mikelen Txokoa para dedicar esta entrada a algunos que pueden estar sufriendo este mal tan común.
Quién no ha sentido alguna vez este dolor tan difícil de explicar y que duele tanto?

Mikel le quita hierro y da un mensaje de optimismo al tema. Desde luego, su redacción escueta, directa y tranquila nos hace sacar una última sonrisa.

Mal de amores (por Mikel Urdangarin)

"la verdad es que no sé cuando empezó a torcerse lo nuestro. No sé decirte. Creo que ocurrió poquito a poco, casi sin darnos cuenta. Lo que sí te puedo asegurar es que no hubo terceras personas, ni por su parte ni por la mía". La voz de Pedro suena rasgada y silbante. Sufre para darle empaque y color a sus palabras. Es como si, para tal esfuerzo, el aire de los pulmones se le escapara por las abundantes grietas y fisuras que le ha acarreado la reciente ruptura de su pareja. Me lo he encontrado a la salida de una perfumería del centro de la ciudad. Se le ve afectado, pero por fuera presenta muy buen aspecto; ha adelgazado unos cuantos quilos y viste ropa cara. Cosas del desamor. Pedro coge aire, abre el tórax y se dispone a exhalarme el resto de su historia. Está claro que mi amigo necesita imperiosamente soltar lastre: "Recuerdo que al principio todo era idílico, insuperable. Ella y yo caminábamos por un mar de nubes. Créeme. La densidad de nuestro enamoramiento contrastaba fuertemente con la poca gravedad que la tierra ejercía sobre nosotros. Siento que aquellos primeros meses nuestros pies nunca pisaron suelo alguno, y así nos fue después... Mira, todo lo hacíamos juntos, pero todo, Mikel, todo. Y qué gran error. En ese proceder, ambos nos distanciamos de nuestras respectivas amistades hasta el punto que, a día de hoy, se han convertido en algo irrecuperable. Y qué te voy a decir. Luego pasó lo inevitable; se acabó la pasión y quedó el amor. Y con lo segundo no dimos la talla. Nos relajamos el uno para con el otro. Abrazamos la rutina y en un abrir y cerrar de ojos la mutua indiferencia se adueñó de nosotros. Creo que nuestro amor murió de inanición, desatendido, en la más absoluta soledad".
Mi amigo esta jodido. Tiene el ama herida y el corazón hecho trizas. Pero ha adelgazado y está hecho un pincel, más guapo que nunca. Está de nuevo en el mercado

domingo, 26 de junio de 2011

Bingen Mendizabal : Colaborador? Amigo? Músico? Todo eso y mucho más

Imagen de archivo de Bingen y Mikel
Mikel ha tenido la habilidad y la sabiduría de rodearse de buena gente y de excelentes artistas. Sus canciones y su música son lo que son, de sobras lo sabemos, pero si encima añades notas de color, experiencia, complicidad y un buen saber hacer con la gente que te rodea el resultado se multiplica.
Otros con tal material musical, se encierran, no dejan que nadie brille más que ellos, o incluso los echan malgastando talento. Estamos pensando en grandes autores del rock que no permitieron que nadie grande los rodease no sea el caso que brillen más que yo.
Mikel hace radicalmente lo contrario. Se rodea de esa buena gente, los deja brillar y encima establece una relación de estrecha amistad con sus colaboradores. Por eso, en el escenario nunca vemos a un Mikel malhumorado, ni insatisfecho, ni enfadado. Porque a su disfrutre musical siempre hay alguien que lo mima al lado. Y en este caso hablamos de Bingen Mendizabal.
Abrimos un pequeño parentesis para hacer eco de una entrevista publicada en Deia. Otro músico brillante desde Euskal Herria.
La verdad es que la entrevista estaría mejor sin el tono un pelín agresivo en las preguntas que intuimos. Incluso alguna fuera de lugar para nuestro gusto. Pero al fin y al cabo lo que nos interesa es lo que nos cuenta Bingen.
Sirva esta entrada en el blog para rendirle un pequeño homenaje a un excelente músico fiel, amigo y sensible de nuestro cantautor predilecto a quien seguirle los pasos como interprete y compositor.



bingen mendizabal músico y compositor

"Para mí la música es cooperación, más que una competición"

Ha creado bandas sonoras para Bajo Ulloa, Montxo Armendariz o Mariano Barroso, tocó con Hertzainak y ahora 'escolta' a Mikel Urdangarin. Entre trabajo y trabajo se involucra en otros proyectos, algunos tan disparatados como Kautuksi, una banda de improvisación total
iñaki mendizabal elordi - Lunes, 27 de Junio de 2011 - Actualizado a las 05:47h
gasteiz. Aprende a golpe de experiencia, y ya suma varios decenios de práctica continuada en lo suyo, que es la música. Galones no le faltan. Bingen Mendizabal vivió de la mano de Hertzainak el vendaval provocado por una corriente que en su momento fue bautizada como rock radical vasco, después se topó con el cineasta Juanma Bajo Ulloa y se adentró en la maraña de la composición de bandas sonoras (suma cerca de cuarenta), lleva años acompañando a Mikel Urdangarin en los directos y entre nota y nota participa en los proyectos más disparatados, como Kautuksi, un grupo de improvisación que le duró un par de años, "¡pero grabamos cien discos!", se jacta él.
Bucea en un mundo poblado de escalas, triadas, acordes, tonalidades y métricas, y trata de compensar ese desorden incorpóreo aferrándose a cosas más tangibles, como su familia o sus amigos. Pero siempre vuelve a la música, un hogar agridulce para todo creador.
¿Recuerda cuál fue su primer contacto con la música?
Empecé con el txistu a los 8 o 9 años. Mis dos hermanas tocaban el piano, así que en casa escuchaba música todos los días. Tras el txistu llegó la guitarra, y luego el violín.
Del violín a la guitarra hay un buen salto, ¿no?
Me gustaba mucho el grupo de folk Gwendal, el grupo bretón, y yo quería tocar eso. Les di la brasa en casa y mi hermana me trajo un violín de Rusia, porque allí estaban más baratos. Luego formamos un grupo, Nahiko, que duró unos cinco años. Tocábamos estilo funky...
...Y en esas por su estación pasó un tren llamado Hertzainak.
Sí (risas). Les conocía por Tito, saxofonista de Hertzainak. Era el más veterano del grupo. Luego me hice amigo de Josu Zabala y me invitó a ensayar con ellos. Colaboré en el primer disco (en una canción bastante caótica, en Arraultz bat pinu batean) y luego me llamaron para tocar con ellos de vez en cuando. No he sido hertzaina al cien por cien pero sí colaborador. Siempre me han gustado. Antes incluso de conocerles, yo era fan de ellos.
Aquella ola arrastró a más de uno... ¿Seguimos llamándola 'Rock Radical vasco'?
La etiqueta se la pusieron para vender, yo creo, pero los grupos no estaban de acuerdo. De todos modos fue un movimiento muy interesante, contestatario a todo lo que estaba pasando, una explosión de rabia y de alegría. Esa es la parte buena, pero luego tuvo una mala, claro, porque hubo mucha gente que se quedó en el camino, ya sabes, muchas ganas de diversión, de desfase... Todo fue paralelo a la Movida Madrileña, aunque lo de aquí era muy diferente, más comprometido, más politizado.
Y ahora vuelve a resurgir esa mala leche, esa ola de inconformismo, de la mano de los 'indignados'. ¿Le traen buenos recuerdos?
Estos temas son cíclicos. Tarde o temprano tenía que llegar esta corriente de disconformidad.
En su disciplina, ¿qué género musical marca las pautas de la rebeldía?
Ahora la música más rebelde parte del hip-hop. Las letras empiezan a alejarse del standard que llegó de los Estados Unidos, y se empiezan a hacer letras más comprometidas.
"Está la cosa como para ser de izquierdas". Lo dijo usted en cierta ocasión. ¿Quiere decir que hacía música de izquierdas y que ahora está cambiando de tendencia?
(Risas) La música puede ser lo que tú quieres que sea. Detrás de toda expresión artística hay un modo de pensar, de entender la vida, y en algunas melodías es más evidente, en otras más velada. Yo funciono según mi estado de ánimo.
Entonces, su música también tiene intencionalidad.
Claro. Pero depende del momento. Lo que me gustaría es que mi música tuviera más elementos, más connotaciones. Y, por supuesto, que emocione. Lo otro no me importa tanto.
Habrá melodías que las habrá escuchado cientos de veces. ¿No pierde la perspectiva al repasarlas?
Yo tengo muy poca memoria y eso me ayuda. Muchas veces se me olvida pronto lo que hago y otras veces te estás repitiendo pero no sabes que te estás repitiendo porque no te acuerdas. No importa demasiado, lo importante es llegar a emocionar con lo que haces, conseguir una atmósfera.
¿No se arrepiente de ninguno de sus trabajos?
¿Para qué? ¿Sirve para algo arrepentirse? Yo no me torturo con eso. Las cosas que hago las hago al cien por cien y trato de no mirar mucho para atrás.
¿No le gustan las metas?
Hay que poner alguna meta, pero disfruto más del camino. De lo que me preocupo es de estar bien conmigo mismo, para que la música fluya y se me ocurran cosas sin miedo. Eso es lo importante.
¿Dónde encuentra Bingen la inspiración?
En casa, en la lonja donde trabajo, mientras paseo... Leo sobre meditación, pero me cuesta practicarla. Lo que hago es tratar de vaciar la cabeza. A mí me pasa muchas veces que la cabeza va en contra mía y eso es lo que hay que regular. Tengo una pequeña guerra interna cuando produzco, porque a veces no estoy satisfecho con lo que hago.
¿Y cómo resuelve esos duelos?
Al final lo que impera es la experiencia y lo que crees tú, el criterio que tienes. No me dejo influenciar con facilidad. De todos modos, me resulta difícil hablar de esto. La creación tiene mucho que ver con tu vida. Primero haces unos cimientos, y luego están las variaciones, que dependerán mucho de tu estado de ánimo. Pasa mucho en la música clásica. Los grandes compositores transformaban su locura o su obsesión en algo muy bello. En eso sí que creo, en que las energías negativas hay que transformarlas.
Es usted un alambique.
Sí, somos un poco eso, hay que filtrarlo todo y crear algo positivo.
Para ser usted un mal estudiante (lo fue) aporta buenas fórmulas.
Yo fui mal estudiante, sí, lo dejé todo a medias. Pero hay otros caminos, y yo apuesto por eso también. Te dicen que tienes que aprobar los exámenes, que tienes que ir a la Uni, que tienes que buscarte un buen trabajo y una buena mujer, que tienes que comprarte piso... Todo eso está bien, pero hay más caminos que los ya marcados, y cada cual tiene que buscar el suyo. Yo apuesto por eso. Por tanto, animo a los malos estudiantes a hacer otras cosas, cosas que les motiven. Además, el arte es, sobre todo, expresión, y para eso no hace falta estudiar demasiado.
Y en éstas llegó Bajo Ulloa...
Son personas que te marcan, etapas de tu vida que te marcan. Me marcó Bernaola, que fue mi profesor en la Academia de Música. Con él aprendí el valor del trabajo, de la constancia, aprendí el oficio de compositor. Me marcó Josu Zabala, de Her-tzainak; contagia ilusión y como músico me encanta. Me marcó Juanma (Bajo Ulloa), con quien poco a poco aprendí a hacer bandas sonoras. Y me ha marcado Mikel Urdangarin, mi amigo, con quien toco habitualmente.
Un corto de Bajo Ulloa, 'El reino de Víctor', supuso un punto de partida para usted. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con él?
En 1989 sabía poco de música de cine, y a mí me han enseñado mucho los directores. Por ejemplo, en Alas de mariposa, en una de las primeras escenas hice una música muy grande, y me dijo Juanma que parecía que la película se iba a acabar allí. Y así, poco a poco he ido aprendiendo.
Y ahora, ¿siguen marcándole las pautas?
Hay algunos que te intentan dirigir musicalmente, casi técnicamente... Hay directores que quieren hacerlo todo ellos. Ahí es cuando tienes que llegar a una entente. Yo lo he pasado muy mal, pero ahora casi me dejan hacer lo que quiero.
Compone música, ¿pero qué hay de las letras?
Escribo muy mal (risas). Yo he hecho pocas canciones en mi vida, y son malas. Escribo en momentos de euforia y luego llega el bajón (risas). Pero es verdad que cada vez me gusta más hacer canciones.
¿Le gusta más componer que tocar?
Sí, me gustaría tocar más y componer menos. Hace unos años tenía un grupo de improvisación llamado Kautuksi. Batería, saxo y violín. Quedábamos en la lonja, tocábamos y grabábamos la sesión. Era un fluir, sin voz, solo dejándonos llevar. Era como componer y tocar a la vez, y en cada ocasión era distinto, parecido al jazz pero sin plantearnos ningún tema. ¡Llegamos a grabar cien discos! (risas) Partes de un caos y luego vas creando. Hay que tener en cuenta que la música tiene también su parte lúdica, y esa parte no hay que perderla. Pero cuidado con la libertad, que a veces te lleva a nada.
¿Cómo ve el actual panorama musical?
Todo es muy competitivo y se está equiparando al deporte. Parece que el bueno es el que gana Operación Triunfo. Y para mí la música, en vez de competición, tiene que ser cooperación.

domingo, 19 de junio de 2011

Mikel y el recital de la muralla

Fotografia El Correo

 Continuamos con la resaca postrecitales de Vitoria y Madrid. Hemos recibidos sensaciones, como las aquí comentadas pero...¿alguien esperaba menos? En estos recitales Mikel se encuentra a gusto ya que sus repertorios invitan al ambiente intimo en sus conciertos.
Reproducimos aquí un artículo publicado ayer en el Correo edición Alava. Y si nos perdonáis la opinión....No conocemos a Beatriz Corral pero desde aquí la tenemos que felicitar porque el artículo nos ha encantado.
Continuamos...

Rincones con alma y poesía

19.06.11 - 02:21 -
 
 
«Figúrate una fuente, en un valle verde, balbuceando siempre lo mismo, siempre diferente, frases fugitivas, corrientes...» Con este poema Blas de Otero reflejó su opinión de que la escritura, y en especial los versos, deben escribirse para los demás y no para uno mismo, de que lo importante es llegar al sentimiento de la gente. Anhelo que ayer se hizo realidad, ya que sus palabras alcanzaron a las decenas -por no decir varios cientos- de personas que decidieron dedicar la mañana del sábado a la aventura.
La de descubrir algunos rincones secretos del Casco Viejo: sus caños medievales, auténticos espacios dotados ahora de alma -gracias a las tareas de rehabilitación desarrolladas desde hace siete años- y, aunque sólo fuera durante unas horas, también de poesía. La misma que amenizó la tercera y última jornada de puertas abiertas organizada por el grupo ecologista Gaia y la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica (Arich) para acercar al público estos rincones, por los que antaño discurrían las aguas sucias, reemplazadas posteriormente por montones de desechos para, ya en la actualidad, lucir en todo su esplendor repletos de vegetación.
«¡Pero si parece una selva, está precioso! ¿Quién cuidará todo esto?», se asombraban Silvia y Marta admirando las 130 jardineras con 390 plantas y flores de 45 especies diferentes que adornan el caño del Pozo, en el cantón de las Carnicerías. Al igual que las otras setenta personas allí reunidas -la capacidad máxima del espacio- disfrutaron con el recitado de Elisa Rueda, Nuria y Tomás, miembros de El Club de los Poetas Rojos que escogieron composiciones de autores vascos como Gabriel Celaya, Ángela Figueroa y Blas de Otero.
El mismo al que recurrió el cantautor Tasio Miranda para poner música a dos de sus poemas, 'Figúrate una fuente' y 'La inmensa mayoría', los cuales interpretó -tras una breve introducción sobre la vida del poeta- acompañado por la voz de Puri Santamaría y la guitarra de Ricardo Urrutia.
Recital en la muralla
La poesía visual de Adolfo Canillas amenizó el caño del Túnel, donde la espera era requisito previo para entrar, al igual que en otros como el caño de los Tejos o el de los Acebos. «Está siendo un éxito, la semana anterior, en un caño de Pintorería, pasaron más de 600 personas. La gente viene encantada y muchos de ellos te cuentan cómo era cuando vivían aquí», apuntaba una de las guías, Karla Lejarreta.
Para Raquel Mariaca la de ayer era una «manera estupenda de disfrutar la mañana del sábado y una oportunidad para conocer estos lugares, que no es algo que haya en cualquier ciudad y que están muy bien arreglados». Por eso, sugería la posibilidad de «realizar visitas guiadas, también para la gente de fuera».
Ella, al igual que muchos otros, disfrutó del broche de la jornada, la actuación del músico y cantautor Mikel Urdangarin, que tocó en un escenario de excepción: el recientemente inaugurado segundo tramo de la muralla medieval, además de la antigua nevera, que data del siglo XIX, y la plazoleta y el jardín que la rodean.
Junto con Elisa Rueda, recitó a dúo la letra de su conocido tema 'Ezin esan', mientras siete bailarinas del estudio Traspasos escenificaban sobre la pasarela revestida por una celosía de madera de cedro las palabras y las notas envolventes de un saxo creaban el clima perfecto para dar paso a 'Zubia', que concluyó con un sonoro aplauso y las felicitaciones del numeroso público allí congregado.