MMXV-
Teatro Principal Antzokia . Vitoria-Gasteiz 11/02/2016 (J. Martinez)
Escribir una crónica del último concierto, a día de hoy, de Mikel
requería tiempo. Dejar pasar el tiempo y enfriar emociones extramusicales, era
seguramente la mejor fórmula para valorar lo vivido el pasado día 11 en el
Teatro Antzokia de Gasteiz.
Porque mirando con cierta frialdad el asunto, alguien podría pensar
que el producto que Mikel está mostrando en esta gira , MMXV, puede aportar
pocas novedades a su muy girado repertorio clásico. Se podría pensar que la
ausencia de un álbum en solitario con canciones nuevas desde el algo lejano “Azula
(KAP Produkzioak, 2012) o que la grabación de un directo
completísimo (Zuzenean, Elkar 2010) dejaba poco espacio a la novedad.
Sin embargo, tras presenciar el concierto que ofreció ante el imponente
teatro de Vitoria y un público que llenó las butacas, los “sold out” que va
colgando en esta gira y el entusiasmo con que se ha recibido la propuesta,
inmortalizada en el album bajo el mismo el nombre, la cosa queda clara que es
rompedora, muy especial y desde luego algo muy inédito en su carrera.
MMXV desnuda sus canciones y cuando algo se desnuda inequívocamente
aparece la esencia. Así que más allá de la sorpresa que ofrece Mikel como
guitarrista (se tenía muy callada su habilidad con las cuerdas, siempre
encubierto por sus fieles músicos en todas sus anteriores giras), la voz
desgarrada sin desafinar en algunos temas y la entrega absoluta del músico en
el concierto, las canciones asoman su lado más puro. El concierto de Gasteiz se
alargó hasta casi 2 horas entre canciones, divertidísimas anécdotas que iba
explicando y diversas curiosidades.Me rodeaban en las primeras filas de platea
músicos, poetas y gente de la cultura vitoriana que vivieron, junto con el
resto, dos horas que parecieron pocos minutos a tenor de lo bien que hace
sentir Mikel a su público.
La pureza de las canciones es la esencia. Mikel rescata temas clásicos y algunos que han pasado algo desapercibidos. Y es en estos últimos donde el público puede redescubrir la belleza de temas que Mikel aborda como un maestro. “Zubia” o “Euria ari du” son un claro ejemplo de esto último. O la extrema belleza de “Musa”, que en Gasteiz se dejó en el camerino a cambio de un sentido “Urriko Poema”.
Mikel llenó un enorme escenario él solo y consiguió algo que pocos músicos logran : hacer que en cada canción sientas que sólo te canta a ti. Que cuando interpreta un tema parezca que todo el escenario sea para ti. Sólo los más grandes son capaces de llegar a esa meta. Mikel se mueve como pez en el agua, sin un ápice de nervios, haciendo uso de su ya dilatada experiencia, haciendo imperceptible un enorme resfriado. Tratando de tú a tú a su público y visiblemente emocionado tras encontrarse en el camerino un imponente ramo de flores que alguien le había dejado. Muestras de cariño de un público fiel y agradecido ante tanta generosidad del músico para con su público durante tantos años.
Próxima cita, este viernes en Tolosa. Todo aquel que se acerque a
escucharlo saldrá del concierto muy emocionado. Producto de un concierto, como
ocurió en Vitoria, que desborda emociones y hace que esta vida sea un poco
mejor gracias a sus canciones. Mikel nunca decepciona.
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