sábado, 28 de julio de 2018

MIKEL URDANGARIN & IGOR ARZUAGA : VIDAS DE MÚSICOS 


A propósito del reencuentro un regalo para fans.




(Fragmento del libro inédito biográfico de Jordi Martinez : "El vasco tranquilo. Un paseo por la vida de Mikel Urdangarin)

Llodio fue y todavía conserva algo de poder industrial en Euskadi. Pese a ser Alava está bajo la sombra de Bilbao, y desde luego por su historia casi feudal bajo el apellido noble de los Urquijo. Sinceramente no me parece un pueblo encantador y no sé cómo me va a reaccionar Igor ante un desconocido que le viene a preguntar a cerca de una vieja historia. Aparco el coche junto a la estación de tren, casi desértica. Allí me espera él. Nos reconocemos inmediatamente. “te imaginaba con corbata”- me dice. Y no es así porque estoy fuera del trabajo-

Si la música indie tiene una sección vasca, sin duda Igor debería estar en primer lugar. Es de esos músicos con un gran talento, que publica sus discos bajo pseudónimo (Mara), autoproducidos y con prácticamente nula resonancia pública. Y es que el músico, pese a ser un enamorado del escenario, poco hace por divulgar su obra. Eso sí, hace lo que quiere con su música y es dueño y señor de su destino.
Igor camina muy despacio, con la tranquilidad que uno de una gran capital no tiene. Habla bajito, despacio, de forma clara y con un discurso del todo coherente y encantador. Está desconectado de la realidad urbanita que se puede vivir en Madrid o en Barcelona. Pese a ser fan de músicos apenas los escucha y a duras penas sabe lo que Mikel publica y deja de publicar. 

-      Sabes?, yo he vivido en Nueva York. Tocaba en el metro y viví la ciudad.

Me lo cuenta con un cierto, y creo que justo, orgullo. El mismo orgullo con el que me cuenta que el mismo Ruper Ordorika asistió en primera fila a uno de sus conciertos.Mientras, seguimos paseamos a ritmo de jubilado por Llodio. Nos sentamos en una terraza e iniciamos una larga charla. La conversación no tarda en atraparme y no me apetece nada marcharme de allí.

-      A Mikel lo conocí en un euskal herriko bertsolari txapelketa. Fue una época muy bonita. Haitzetan se grabó y se distribuyeron muy pocas copias. De hecho, se vendió con el segundo. Girábamos Mikel, Eñaut y yo. Sólo los tres.

A Igor se le pierde la mirada en recuerdos. Sin duda, tiene un recuerdo muy bonito y se le nota la emoción. Me cuenta que cantaban a favor de la insumisión y que Mikel disfrutaba con la música. A raíz de nuestro encuentro volvió a escuchar Haitzetan y le sigue pareciendo un buen disco.
Tras el Badira Hiru aste, Igor desapareció del proyecto Mikel Urdangarin. ¿por qué?

-      Soy así. Supongo que quería centrarme en mi música pero no hubo ningún mal rollo ni nada. Simplemente me canso de las colaboraciones porque lo que me gusta es hacer mis canciones.

Mientras me lo cuenta sé que me está diciendo la verdad. Sin embargo, no todo fueron alegrías en los tiempos que Igor estuvo con Mikel. Hubo una pequeña lucha de “yo’s” por cantar las canciones y en el estudio hubo un par de situaciones en la que ambos se incomodaron. Supongo que las anecdotas son lo suficiente relevantes para que Igor me lo comente a estas alturas.

Mikel empezaba a mostrar su caracter protector con su obra, de las grabaciones pero por contra dejaba una libertad absoluta al músico que estaba con él.
Arzuaga me relata una anecdota del “badira” calcada a la que Lou Reed tuvo con Robert Quine en la grabación de Legendary Hearts. Por aquel entonces la guitarra de Quine destacaba por encima del Reed más egocéntrico y el neoyorkino la amortiguó una noche en el estudio sin avisar a nadie. No sé si creerme la historia porque Mikel jamás ha hecho algo similar a posteriori pero me cuesta dudar de Igor.

-      Creo que había una pequeña lucha de egos. Una vez teloneé a Mikel. Hubo una conexión con el público especial y me salió un concierto redondo. Cuando Mikel salió a escena para empezar el concierto, se acercó al micro y lo primero que dijo fue algo que no esperaba : “Este chico antes no era así”. En el camerino Josu Zabala me dijo algo que no entendí : “lo hemos conseguido”. Era como si Mikel tuviera miedo a ser eclipsado.

El relato de Igor no lo acabo de entender y el mismo reconoce que tampoco. Sin embargo y aunque resulte difícil de creer, nada de lo que me dice Igor parece estar lleno de rencor o mal sentimiento. Tiene una opinión definida sobre el trabajo, la actitud y el estar del Mikel cantautor. Y le tiene un cariño especial.
La conclusión que saco es que fueron dos buenos músicos que se encontraron, se quisieron como artistas, que quizás tuvieron diferencias pero que la ruptura en su colaboración fue debida a las ganas de Arzuaga por tener una carrera propia mientras que el de Zornotza ya tenía definida la suya.
Le pregunto si han hablado sobre la obra de Mikel entre ellos.

-Nunca. Mikel nunca me dice nada sobre lo que tengo que hacer, sobre mis canciones, sobre mi carrera. Me deja hacer. Y lo mismo yo con él. Nos respetamos, nos ayudamos y nos queremos. Pero sin meternos el uno con el otro. Estoy orgulloso porque puso coros a unas canciones mías y lo hizo con generosidad. Por razones varias al final los coros cayeron en las mezclas pero conservo los originales.

Sobre el trabajo entre Igor y Mikel hay una especie de ley del silencio el uno del otro. Le pregunto si cree que Mikel es uno de los grandes.

- Sin duda. Un cantante que es capaz de llenar el Arriaga o el Antzokia solo muestra que Mikel está arriba de todo.

Sin embargo, en el plano personal Igor no duda.

-      Mikel es una persona que sabes que siempre está ahí. Es igual que pase el tiempo, que haga tiempo que no hables con él. Mikel siempre te va  a escuchar. Aunque con él todo es mucho mejor con unas cervezas por el medio. He tenido unas parrandas con él inolvidables. Y siempre está ahí. Aunque creo que es bastante desastre con el móvil. Hace poco le pedí que me dejara una guitarra y no había manera de hablar con él. Pero recuerdo que al día siguiente, a las 9 de la mañana tenía la guitarra en el estudio. Creo que no me dejó la buena, por eso...

La conversación resulta entrañable. Hablamos de música, le enseño con gracia un foto que tengo junto a Lou Reed y le pido consejo sobre la biografía. Pero Igor es desprendido, ni siquiera tiene su obra protegida. Va desnudo por la vida y por eso pienso que cree que no es delito desnudar a nadie. 

-      Yo no dejaría que Mikel te tutelara la biografía. Si crees que algo influye en su obra por muy delicado que sea, yo lo pondría.

Llueve en Llodio pero ni siquiera las molestas gotas le incomodan, ni acelera el paso, no se altera un ápice. Pese a ser joven, Igor ha tenido una vida difícil, dolorosa. Lo suficiente como para andar por encima del bien y del mal. Pero en él no hay ni un atisbo de autocomplacencia, ni de soberbia, ni de vanidad. Trabaja en una librería de Llodio y su vida son sus canciones y su pintura. En ambas artes tiene un talento indiscutible. Compré por correo un disco suyo pero él me lo regala, al igual que un cuadro muy original que me llevo a mi casa. La conversación ha tenido mucho de Mikel pero también mucho de índole personal.
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Volviendo en coche hacia Zornotza siento un emoción irrefrenable por lo hablado con Igor. Ese chico que hace unos 14 años participó en los inicios de Mikel y del que yo esperaba poco más que anecdotas de Mikel, me ha sorprendido con una inteligencia asombrosa y una sensibilidad muy especial. No miro hacia atrás y continuo el viaje pero Arzuaga se vendrá conmigo,probablemente para siempre.

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