foto extraída de zuzenean.com |
Hoy nuestro admirado Mikel llega a la frontera y cumple los 40 años.
Su eterna sonrisa y el optimismo que siempre desprende se traducen en que sus rasgos físicos están lejos de esa madurez que a muchos hombres se les pone en forma de arrugas u ojeras perpertuas. Una vez alguien cercano a él me comentó que una de las mejores cosas que tenía Mikel era su sonrisa. Me comentaba que uno puede estar al borde de la desesperación que entonces aparece él, con ese aire despistado, y con una palabra y una sonrisa consigue apacigüar cualquier nervio casi sin proponérselo. A mí me ocurre algo parecido con sus canciones. Su música transmite esa calma que en Mikel parece haber y que sirve de bálsamo. El mismo bálsamo que él dice sentir cuando canta.
Más allá de los temas más personales, Mikel con 40 años puede mirar hacia atrás y ver que el camino que un día escogió, que se tradujo en dejar a los niños por la guitarra y en hacer canciones pese a lo duro que resulta para un cantautor (máxime si es euskaldun), fue el camino que debía tomar. Nos atreveríamos a decir que no tenía alternativa en su corazón y que puede estar muy orgulloso de lo conseguido hasta hoy.
Mikel nos ha regalado (se ha autoregalado) para esta fecha un album de fotos retrospectivo en forma de disco. Un camino, de unos 15 años, sólido y constante. Una camino incorruptible , coherente y fiel a uno mismo. Podía haber hecho ese camino de otra forma, quizás con miras más pragmáticas y de mercado pero entonces no sería Mikel. Y quizás por esa razón su obra resulte limpia, transparente y cargada de esa emoción tan intensa.
Sirva este modesto escrito para desearle un feliz cumpleaños de parte de todos estos blogeros suyos, una larga y feliz vida y recordarle que cuando sople las velas debe pedir un deseo. Existe una canción en mallorquín que dice que “el sueño se alcanza si el deseo es lo suficientemente intenso”. Estoy seguro que Mikel también tiene los suyos. Faltaría más.
Jordi M.